Madrugamos en Lagoa Santa, después de dormir en un posto 24 horas. Tomamos la ruta a Belo Horizonte y luego de unos 30 Km. entramos en la gran ciudad. Un río de autos, avenidas amplias, viaductos, etc. Luego de bastante andar llegamos al lugar del albergue que buscábamos, pero no tenia garaje, era un barrio medio extraño, así que decidimos seguir viaje, por lo que preguntando un poco, siguiendo un auto de uno muy amable, encaramos rápido para Ouro Preto. Para quien le guste el arte sacro, iglesias cubiertas de oro y la explotación del turista, seguro que le gustará mucho, a nosotros, al igual que la vez anterior que fuimos, no nos convenció, así que luego de visitar un museo, una iglesia cerrada, caminar algunas cuadras y almorzar en un restaurante de comida minera, decidimos seguir viaje para la mina de oro y Mariana, primera capital de Mina Gerais y también ciudad histórica, a unos 10 Km. de distancia.
La mina de oro es muy interesante: te sientan en un carrito sujeto con un cable de acero y te llevan a 120 metros de profundidad. Allí bajas y podes caminar por los túneles de granito excavados, algunos con agua cristalina que al reflejar los techos da una extraña sensación de profundidad. La explotación fue de una firma alemana, a partir del 1870 aproximadamente. Molían la piedra y de la molienda separaban el oro.
De la mina a Mariana, ya estaba anocheciendo por lo que recorrimos un poco la ciudad, parecida a Ouro Preto con sus callecitas e iglesias.
Nos indicaron la Terminal Turística para dormir, por lo que allá fuimos: un lugar cerrado por una cadena, con vigilancia nocturna y en pleno centro. Nos permitieron entrar y dormimos históricamente soñando.
jueves, junio 16, 2005
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