Llegamos a Maringa a las 10:30 y un automovilista al que le preguntamos como llegar al centro, nos respondió: siganmeN (igual que Menem). Así que con ese amable guía nos aventuramos por avenidas arboladas de una ciudad relativamente nueva y con fama de ser la que más metros cuadrados por habitante tiene de verde.
En el centro está la catedral, que es un cono de 120 metros de altura, rodeada de vitrales, moderna y hermosa, en el medio de un parque importante. La visitamos, sacamos las fotos de rigor y luego a preocuparnos de las cosas materiales: buscamos una panadería, luego a comprar hielo y Cris se fue a la Catedral a escuchar misa de 12.
A la salida almorzamos en un selfservice y luego al parque Inguá en busca de sombra. Una belleza, varias hectáreas, caminos apaisajados cruzando arboledas y animalitos varios del señor, cocodrilos del Pantanal (cerca de por medio), arará de varios colores (jaula de por medio), cisnes (agua de por medio), monitos por los árboles y caminamos un par de horas por ese pequeño paraíso en pleno centro de la ciudad, ya que estaba a cinco cuadras de la catedral.
A eso de las 17:00, ya el sol en retirada, reiniciamos el viaje, rumbo primero a Marialba que es una pequeña ciudad a 15 Km. de Maringa, donde intentamos encontrar a Sandra (cantaba en Raffain, nuestro lugar para bailar en Foz) pero no tuvimos suerte, así que continuamos para Londrina y Ourinhos. Todo autopista, unos 200 km y varios peajes saladitos.
En las afueras de Ourinhos conseguimos un Posto adecuado y a dormir.
lunes, junio 06, 2005
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