Emprendimos el regreso por la autopista que une Río con San Pablo, una cinta impecable llena de autos, camiones y ómnibus y sin paisajes de merecer, salvo la ciudad de Aparecida, que es donde se encontró la virgen patrona de Brasil, equivalente a nuestra virgen de Luján. Merecía una visita, así que entramos y nos encontramos con una imponente basílica que la alberga.
Visitamos su interior...y también el subsuelo donde esta las ofrendas Luego hay un enorme playón y la parte "comercial". También fuimos al lugar donde "apareció", en la costa de un río
A la tardecita seguimos viaje y cometimos el error de cruzar San Pablo de noche y aseguro que no fue una experiencia grata, Creo que la virgen de Aparecida, en mérito de nuestra visita, nos dió una ayuda para lograr encontrar la salida rumbo a Curitiba. Sin GPS, no aconsejable.
Y con esto termina el relato de la Río - Santos. Pusimos rumbo al sur y cerca del límite con Río Grande do Sul, pasando Florianópolis por supuesto, se dobla hacia las sierras y por algo de asfalto y luego un pésimo camino de tierra, unos 30 km, llegamos a un enorme cañadón. y Eso será motivo de un próximo post.
Nos despedimos de la Rio - Santos y será hasta la próxima. Pura belleza !!!
martes, julio 29, 2003
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