Temprano, ya que esperaban la entrada de ómnibus de turismo, salimos de nuestro lugarcito y visitamos la iglesia matriz que justo estaba abierta para rezos de rosario. Oro en los altares y alrededores. De allí otras iglesias y una vista desde una que estaba en las alturas de toda la ciudad.
A eso de las 10:00 salimos rumbo a Vitoria por un camino secundario, que luego de unos 100 km empalmaba la BR principal. El camino bueno, todo serranía y curvas y contra curvas, grandes plantaciones de café y caña de azúcar, algunas paradas para disfrutar el viaje, un accidente en la ruta que nos retuvo una hora hasta que sacaron un camión que fue a parar a un pozo y por fin llegamos de noche a Vitoria, capital del estado de Espíritu Santo. De nuevo el río de autos, las avenida con viaductos que te llevan a lugares que no querés, los morros que hacen que todo sea curvo y el norte se transforma en sur. La opción: escapar. Embocamos el tercer puente (así se llama), moderno, sobre un brazo del mar y llegamos a la parte vieja de la ciudad. Seguimos por el Camino del Sol (con peaje), y luego de unos 30 kilómetros llegamos a Santa Mónica y descubrimos una posada pegada a un posto. Averiguamos, era como las 20:00 horas, cansados y con méritos para un buen descanso, así que adentro con gran alegría.
jueves, junio 16, 2005
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