lunes, julio 09, 2007

De regreso a Oberá

...Hoy lunes 9 de julio llegamos a Oberá a las 18 horas luego de un muy buen viaje. Salimos el domingo a las 09:30 desde el departamento de Romi con rumbo al departamento de Luis (mi hermano) a buscar un torno de alfarero que nos pidió llevar a Oberá. Por suerte uno es ingeniero como para fabricar una rampa y con esa "máquina simple", levantar hasta el nivel de Pegaso los "casi 200 kilos" que pesaba. Claro que contaba con la ayuda de Virginia y Lucía, que sinó...
...Luego a lo de los Cappiello. Gran abrazo de reencuentro y a comenzar a cargar cajas (!!'''??!¿--&&). Increible las toneladas que es capaz Marta de ubicar en el poco espacio que teníamos, dos cajas tuve que llevar en las faldas y varios paquetes de fideos en la toma de aire del motor y caño de escape. Claro que se le perdona todo por la gran obra que realiza con las escuelas de Misiones y la hermosa sonrisa con que se banca mis cargadas.



....Empujando entre todos pudimos poner en movimiento a Pegaso y emprendimos a las 14:30 el viaje, con una corta parada un par de kilómetros mas adelante para aprovicionarnos en un super.
....A eso de las 20 horas estabamos en Concordia y Cris recordó que tenía en Chajarí unos familiares de apellido Clement, primo segundos de mi suegrita, que hacía rato quería saludarlos, por lo que en un locutorio conseguimos el teléfono y los llamó. En resumen, una hora más tarde entrabamos en Chajarí y luego de encarar algunos caminos extraños llegamos a su casa. Son un matrimonio de 80 y algo de años, Nélida y Alberto, con un espíritu de 20 y plena alegría de vivir, conocerlos fue una hermosa experiencia y una lección de vida.
....Su casa es muy cálida, no solamente por la estufa prendida, sino por todas las obras de arte que la adornan y que son obra de ella o en conjunto con Alberto. Generosamente, luego de una " sabrosa cena campestre", nos invitaron a quedarnos a dormir y como rehusar una habitación calentita y tan acogedora!!
....A la mañana siguiente, un cálido desayuno, otro tiempo de muy cálida charla también y de recibir como obsequio muy especial un trozo de madera petrificada, con el corazón alegre de este encuentro, seguimos viaje bajo una pertinaz llovizna que nos acompañó hasta Oberá, pero ya transformada en lluvia.