Nuevamente el rito de despertarnos rodeados de camiones, desayunar con un cielo nublado y a la ruta nuevamente rumbo a las Termas de María Grande, que están a unos de 100 kilómetros más adelante. Llegamos a eso de las nueve, y cinco minutos mas adelante, con el agua al cuello, se ingresa al estado de nirvana. Lamentablemente duró poco ya que se descargó una tormenta de agua y viento, que para mas escándalo sumó unos cuantos rayos y truenos, por lo que nos hicieron salir del agua y como la temperatura bajo a los cercanos cero grados (sensación térmica que le dicen . . .), urgente a las duchas de agua caliente y a vestirse de invierno. Pensabamos estar varias horas flotando, pero fueron varios minutos solamente.
Seguimos viaje entonces rumbo a San Francisco, donde visitamos un amigo diabético de Cris y luego unos tíos, también de Cris, por lo recién a eso de las 20 horas seguimos nuestro camino.
En Arroyitos, a 100 kilómetros de San Francisco y faltando otros 100 para llegar a Córdoba, otra estación de servicio nos albergó como para reservarnos para una entrada triunfal en Jesús María, a la mañana siguiente.
viernes, septiembre 30, 2005
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