A la mañana dejamos el hotel luego de un suculento desayuno “a la brasilera” y nos fuimos al shopping Flamboyant, y que luego de varias idas y venidas por la ciudad, conseguimos embocarlo.
Es enorme, uno de los mas grandes de Brasil según el folleto. Estuvimos mas de tres horas caminando, almorzamos y con tiempo salimos para Pirenópolis, que queda medio de pasada por el camino a Brasilia y es una ciudad histórica. Llegamos cerca de las 16 horas y nos encontramos con una ciudad pequeña, muy parecida a Paraty, que recorrimos su centro caminando con mucho placer y paz en el corazón. Llegamos a la iglesia principal, de 1750, que hace un par de años se incendio totalmente. Fue una gran pérdida para la comunidad, así que están en trabajos de restauración.
A la noche vimos el partido de fútbol Argentina – Brasil desde la calle, ya que estacionamos el auto justo frente a la ventana de una posada y compartiéndolo con varios policías. Todo con una gran buena onda, a pesar del 3 x 1 con que le ganamos.
En un localcito, una artesana enhebraba collares de semillas. Cris se acercó a charlar y resultó tener dos títulos universitarios, tesis, viajes al exterior y vende artesanía a Suiza. Soltera, sin hijos y una gran simpatía. Vivía en Brasilia pero ahora largó todo por la paz de Pirenópolis.
A la tardecita, visitando una iglesia , se nos acercó un hombre de unos 55 años, con su bici y un rastillo y pala. Son argentinos?, de donde? - De Oberá. - Estuve hace unos años parando varios meses en el hotel internacional. Luego de media hora de charla, le grabamos un mensaje de saludo para la dueña del hotel que aprecia mucho.
Dormimos estacionando el auto frente a la catedral quemada, bajo la vigilancia amable de los policías que pasaban haciendo sus rondas y a la mañana nos saludaron despidiéndonos.
viernes, junio 10, 2005
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