
pero almorzamos muy bien en la posada La Rosada, atendidos amablemente por Carlos Fader, nieto del pintor.

Luego una visita guiada por Ischilin, en que el pueblo es una gran plaza donde reina un algarrobo de mas de 700 años,

rodeada de edificios históricos reconstruidos y pintados con sus colores originales: el juzgado de paz, la pulpería, un rancho que fue habitado por una "gaucha" , Doña Eleuteria, inmortalizada en una zamba y también la iglesias, que se inició su contrucción en 1702, parte de una estancia, el colegio...


Un paseo por la historia de un pueblito que fue importante como posta del camino real, hasta que el trazado del ferrocarril lo dejó de lado y eso significó prácticamente su desaparición. Lo rescató del olvido Fader padre y ahora Fader nieto, que con gran esfuerzo esta rescatando ese pedazo de nuestra historia. Recomiendo el paseo, es una vivencia única!
De regreso, entramos por un asfalto nuevo, de 3 kilómetros, para visitar un monumento a Facundo Quiroga en Barranca Yaco, lugar donde lo mataron a él y otros 8 que lo acompañaban, entre ellos un postin de 12 años. Son nueve cruces y el busto del General.

Vale la visita, es un lugar histórico.


De destacar también un almuerzo invitados por nuestros consuegros, jujeños de ley, y el plato principal y único: HUMITAS!!!!. Una delicia..., prometí no comer más de 24 y cumplí!!

El miércoles pasado fuimos a Villa Rivera Indarte, cerca de Arguello, en las afueras de la ciudad de Córdoba, a visitar otro rodantero: Jorge Cora y su esposa. Largas horas charlando, contando de nuestras experiencias y viajando montados en nuestros recuerdos. Un muy grato momento compartido y además el viaje tanto de ida como de vuelta, disfrutando de paisajes cordobeses y sus pequeñas y grandes ciudades. 
